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sábado, 26 de diciembre de 2020

Técnica vocal: La claridad de las palabras


Hablar de forma clara es el primer objetivo que cualquier hablante busca al comunicarse. La claridad al hablar va a depender de alguno de estos factores:

  • La articulación, la dicción, la pronunciación
  • La resonancia
  • La respiración
  • La relación señal/ruido
  • La vibración
  • La duración de las vocales
  • El lenguaje
La claridad de la palabra está muy relacionada con el movimiento de la lengua. Mover la lengua de forma rápida y ágil será la base de una palabra clara.


Laboratorio

Experimento 1: Hablar con un objeto encima de la lengua.

Tener una correcta dicción no es fácil, porque la lengua tiende a la rigidez. Vamos a entrenar la pronunciación sin rigidez.

Tarea: Graba la voz durante 20 o 30 segundos comentando sobre tu tiempo libre. Coloca una pesa de plomo de 60- 100 grs. encima de la lengua. Coge una revista y empieza a leer. Intenta que se entiendan todas las palabras lo mejor posible, como si no tuvieses nada en la boca. En un principio puede parecerte difícil, pero el ejercicio te demostrará que no lo es. Pasados cinco minutos, quítate la pesa: cuando empieces a hablar o a leer notarás que la lengua se mueve sin peso y las palabras suenan más claras. Hemos conseguido en la lengua el efecto de ingravidez de los astronautas. ¡Enhorabuena! Pero para comprobarlo vuelve a grabar la voz 20-30 segundos y escucha la diferencia. 

Conclusión: Siempre hay que buscar esta sensación de ingravidez cuando hablamos. La lengua sin peso se mueve sola y las palabras resultan claras y cercanas al que escucha. 


Experimento 2: Oír y repetir melodías y ritmos

Conseguir melodía al hablar es difícil. Estamos fuertemente influidos por el ambiente, pudiendo identificar incluso la procedencia geográfica de una persona por su cadencia y melodía. El ritmo es algo muy personal, influyendo en él la velocidad a la que se habla, las pausas que se realizan y su sucesión, las variaciones y los cambios a lo largo de la emisión... 

Tarea: Probamos a escuchar diferentes melodías y ritmos, diferentes formas de decir una misma frase. Escucha y repite.

Conclusión: Tu forma de hablar debiera poseer una gran riqueza melódica, pues eso proporciona a las palabras mayor claridad, a la vez que ahorra fatiga. 

Experimento 3: Hablar sin voz

El secreto de un habla claro es aprender a mover la lengua de forma ágil. En este experimento aprenderás a prestar atención a tu lengua.

Tarea: Ponte delante de una persona conocida y habla sin voz, moviendo mucho la lengua, de manera que el otro pueda leer en tus labios y repetirlo. Evita los movimientos exagerados de los labios o de la cara, que distorsionan la voz y dan sensación de ridículo. 

Conclusión: Cuando se mueve mucho la lengua, la palabra es más clara.

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Bibliografía