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sábado, 19 de mayo de 2012

Espiral del aprendizaje


El proceso de aprendizaje cuando es positivo y productivo es como una espiral que se va desarrollando, como las galaxias, hacia afuera. Me gusta observar una galaxia como por ejemplo la M81 o la Andrómeda u otras …. con esas formas que parecen abrirse -hay quien piense que se cierran, es cuestión de cómo queremos o deseamos ver. Así concibo el proceso de aprendizaje, como una espiral que se abre, una espiral que “vuelve” al norte, pero en un nivel más amplio, donde la reposición de conocimientos, ha ido calando en nuestro ser, y de esa forma también transformándonos internamente.
Andrómeda
Es más que conveniente -no sólo por razones utilitarias- pensar que la adquisición del conocimiento nunca es definitiva y que operamos por aproximaciones sucesivas; esto significa que aprendemos cuando escuchamos, aprendemos cuando leemos, aprendemos -y muy especialmente- cuando hacemos y experimentamos, aprendemos cuando hablamos y exponemos lo aprendido, y más cuando escribimos sobre lo que hemos trabajado con esfuerzo, y aún más cuando somos capaces de convencer a los demás de la bondad de “nuestro producto”, y así volvemos a empezar, después de haber aprendido mucho haciendo cosas prácticas, útiles y satisfactorias para los clientes y para nosotros mismos. Escribir es quizás el paso más avanzado del conocimiento, porque es cuando somos capaces de “presentarnos” en público y por eso es por lo que la letra escrita tiene “tanta magia” y es tan reconocida, porque es el producto más terminado de nuestro conocimiento. Los literatos y poetas iluminan nuestro camino.

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